HUB REGIONAL DE INNOVACIÓN CLIMÁTICA

Acciones climáticas innovadoras

Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales ASADAS

En Costa Rica existen aproximadamente 1500 Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales (ASADAS) ubicadas en todo el territorio nacional. Se trata de organizaciones comunales locales que asumen estas tareas bajo un esquema de delegación de la administración, acordado con el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados.  De esta manera, las ASADAS planifican, administran, operan, dan mantenimiento y desarrollan los sistemas de acueductos locales. En aquellas comunidades donde ni el AYA, ni las municipalidades prestan los servicios, también pueden encargarse del saneamiento.  Son por lo tanto organizaciones privadas que prestan servicios públicos.

 

Las ASADAS funcionan como organizaciones sin fines de lucro y se rigen por la Ley de Asociaciones No. 218 (1939). Su función en la gestión del agua fue establecida en la Ley 2726 (1961) que creó el Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SNAA) y definió cuatro tipos de entes facultados para administrar los servicios de agua: el Instituto Costarricense de acueductos y Alcantarillados (AyA), los Comités Administradores de Acueductos Rurales (CAAR), las municipalidades y la Empresa de Servicios Públicos de Heredia.  La decisión de delegar en otros entes, especialmente en organizaciones comunales la administración de los servicios de agua, permitió a Costa Rica alcanzar los primeros lugares de cobertura de agua potable intradomiciliar en América Latina.

 

En 1976 el SNAA desaparece como tal y todas sus funciones pasan al AYA y en la década de los 90, los CAAR dan lugar a la figura de las ASADAS, con su respectivo reglamento de gestión, emitido por el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ambiente y Energía.

 

Las ASADAS funcionan mediante juntas directivas elegidas democráticamente por una asamblea compuesta por los abonados del servicio y sus integrantes trabajan ad honorem de manera voluntaria para la asociación. Cuando las finanzas lo permiten, las ASADAS contratan personal pagado para la administración, mantenimiento y cobro de los servicios, así como para programas ambientales o sociales. 

 

Las ASADAS suelen agruparse para compartir experiencias, recursos y procurar visiones integradas de manejo de cuencas. Estudios de la Universidad Técnica Nacional de Costa Rica reportaban a 2017 la existencia de 11 federaciones, uniones y ligas de ASADAS legalmente constituidas y 11 iniciativas en proceso de legalización.

 

La gestión comunitaria del agua que realizan las ASADAS está contemplada en la Política Nacional de Saneamiento en Aguas Residuales (2016) y Política Nacional de Agua Potable 2017-2030. Su fortalecimiento es parte de las acciones comprometidas por Costa Rica para alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030. 

  • Las ASADAS proveen el servicio de distribución de agua potable a más de un millón de personas, representando el 30% de la población de Costa Rica. (PNUD 2020).
  • Se estima que para el año 2020 las ASADAS contaron más de 15.000 personas participando de forma voluntaria en sus juntas directivas, trabajando en favor de la salud pública, el cuido del ambiente y el bienestar de su localidad. Las ASADAS fortalecen el sentido de comunidad y la conciencia sobre la importancia de una gestión adecuada del recurso hídrico.
  • Se declaró el 14 de septiembre como el Día de la Gestión Comunitaria del Agua en Costa Rica, efeméride que tiene el objetivo de visibilizar el trabajo voluntario y desinteresado de las personas que conforman las ASADAS.
  • Las ASADAS reciben apoyo financiero de entes de cooperación en el desarrollo de proyectos como ASADAS Resilientes frente al cambio climático, financiado por EUROCLIMA para mejorar la capacidad de gestión de 60 asociaciones en el Gran Área Metropolitana de Costa Rica, que son vulnerables a la disminución de las fuentes de agua y deben mejorar su resiliencia frente a los fenómenos asociados al cambio climático. 
  • En 2019 se desarrolló la herramienta de Gestión Integral de Riesgos en ASADAS (GIRA) con fondos PNUD/GEF, la cual tiene como objetivo ayudar a las asociaciones a enfrentar riesgos del cambio climático en comunidades con estrés hídrico de la zona norte de Costa Rica.
Trabajadores en ASADA

  • Muchas ASADAS desarrollan campañas y procesos de capacitación en educación ambiental elevando la conciencia comunitaria sobre la necesidad de proteger las fuentes de agua, el uso responsable del recurso, las funciones ecosistémicas de las cuencas, y los impactos del cambio climático. 
  • El uso de herramientas como GIRA, que tienen como objetivo mejorar el abastecimiento de agua y promover prácticas sostenibles entre los usuarios de ASADAS y los sectores productivos, fortalece la adopción de medidas de adaptación al cambio climático basadas en los ecosistemas y con amplia participación comunitaria.
  • El proyecto ASADAS Resilientes contribuye también a la identificación, evaluación y administración de los riesgos que pueden afectar el abastecimiento de agua potable y ayuda a las asociaciones a desarrollar procesos de mitigación, así como dar respuesta de emergencia y recuperarse ante eventuales impactos de las amenazas.
  • A través de un constante monitoreo de sus recursos y gracias al conocimiento estrecho de la realidad local, las ASADAS juegan un importante papel en la detección de riesgos y amenazas de desastres y participan en planes de emergencias.

  • Se debe considerar que la gestión comunitaria del agua implica mucho más allá que la construcción de infraestructura. La pandemia por COVID 19 ayudó a tomar conciencia sobre el papel de las ASADAS en temas como la salud pública
  • Se debe caminar hacia un modelo de gestión integrada de cuencas, que facilite la realización de estudios hidrogeológicos y la adopción de esfuerzos comunes. 
  • Siempre se debe resaltar que la gestión comunitaria del agua es valiosa por el sentido de pertenencia, el hecho de que son los mismos usuarios quienes administran el recurso, de ahí que es importante promover la participación. 
  • Los modelos de gestión comunitaria del agua deben trabajar con autonomía, pero cumpliendo con los lineamientos establecidos y manteniendo una interrelación con las entidades rectoras, las municipalidades, los ministerios de salud, ambiente, ganadería, comercio, turismo, así como con otras organizaciones sociales y la empresa privada con presencia en la comunidad.
  • Se recomienda implementar sistemas y tecnologías para monitorear el acueducto y automatizar las tareas administrativas, comerciales y operativas. El uso de estas herramientas brindará un mayor control, eficiencia y transparencia en la gestión del recurso hídrico, generando además datos e información que facilite la toma de decisiones.